Nacida en Badalona, Barcelona (1980). Estudié escultura, acabando en el año 2003. En 2011 comenzé a estudiar humanidades, y cursé un año en cerámica. Empecé a realizar bustos de diferentes étnias, en cerámica escultórica, por mis influencias en antropología.
Me apasiona la figuración, sin llegar al hiperrealismo, ya que siempre busco un punto de fantasía y liberación a la hora de crear.
Durante todo este período he trabajado los bustos, perfeccionando los ropajes y texturas de toda la ornamentación en cada obra, y cómo no, la anatomía, esos rasgos de diferentes étnias que intento captar. Me he influenciado mucho por el surrealismo. Me baso más en el concepto, que en sus obras, dejando a un lado lo racional. Por ese motivo empecé a envolver las piezas de un áurea de vegetación, una ensoñación, una idea de vegetación onírica que surge de las cabezas emulando cabelleras florales, que se enredan por su cuerpo y rostro, donde cada flor es un mundo lleno de vida y significado. Dando protagonismo a sus colores, mediante los cuales puedo representar pureza, elegancia, alegría e incluso la muerte.
Dependiendo de la estructura, la forma y el color que tienen los “tocados», se puede pretender la sencillez y, de repente, convertirse en complejo. Se puede buscar la expresión de la armonía y en el deseo del equilibrio, se puede perder en la abundancia de adornos rozando el barroquismo.
Mientras trabajo mezclando valores de estilos más clásicos y renovando la idea de la importancia del color en la cerámica escultórica, decidí en ese momento probar con animales, pensando también en la animalística, que es la representación animal en el arte. Puse el mismo énfasis en captar sus rostros y rasgos, porque creo de un modo personal, que surge de sus cabezas una mayor cantidad de vida oculta y desconocida para nosotros y, que quiero mostrar como si sacaran la cabeza de la selva con todo el follaje a su alrededor. Como si fuera una instantánea de ese momento, capto gestos y posturas donde intento mostrar un sentimiento en cada animal.
Gracias a esa abundancia de color que contienen las obras, conseguido mediante cientos de pruebas de color, y colocado cuidadosamente en todas las formas orgánicas vegetales que envuelven cada una de las piezas, he creado un lenguaje en mis obras donde se mezclan diferentes estilos clásicos. Por ejemplo, el concepto del surrealismo, donde todo es posible dentro de una fantasía onírica, donde se entrelazan la busqueda de un realismo en los ropajes y adornos, surgidos de la naturaleza, al más puro estilo modernista, pero siempre siguiendo mi propio estilo, un estilo con un modelado muy personal, aunque fácil de identificar a lo largo de toda mi producción.
Con todo esto, intento expresar o explicar todos los factores que me rodean y condicionan a la hora de crear ese nuevo lenguaje artístico que quiero mostrar, lleno de luz, color, formas orgánicas y una vegetación original, donde se crea un microcosmos alrededor de la pieza.